Es una afección que lleva a las personas a realizar movimientos o sonidos rápidos y repetitivos que no pueden controlar. Estos movimientos o sonidos se llaman tics.
El trastorno comúnmente se denomina síndrome de Tourette.
Ver también:
Síndrome de Tourette
El síndrome de Tourette recibe el nombre por Georges Gilles de la Tourette, quien fue el primero en describir este trastorno en 1885. Existe evidencia fuerte de que este síndrome se transmite de padres a hijos, aunque el gen aún no se ha encontrado.
El síndrome puede estar ligado a problemas en ciertas áreas del cerebro. Es posible que tenga que ver con sustancias químicas (dopamina, serotonina y norepinefrina) que ayudan a las neuronas a comunicarse entre sí.
El síndrome de Tourette puede ser grave o leve. Aproximadamente el 10% de los estadounidenses padecen un trastorno de tic leve, pero muchos menos tienen formas más severas del síndrome de Tourette. Muchas personas con tics muy leves pueden no ser conscientes de ellos y nunca buscan atención médica.
La probabilidad de que este síndrome ocurra es cuatro veces mayor tanto en niños como en niñas.
La mayoría de las personas afectadas notan por primera vez los síntomas del síndrome de Tourette durante la infancia, entre las edades de 7 y 10 años.
El síntoma inicial más común es un tic facial, al cual pueden seguir otros. Un tic es un movimiento o sonido repetitivo, rápido y súbito.
Los síntomas del síndrome de Tourette pueden fluctuar desde movimientos menores y diminutos (como gruñidos, aspiración de aire por la nariz, tos) hasta movimientos y sonidos constantes que no se pueden controlar.
Los tics pueden abarcar:
Los tics se pueden presentar muchas veces durante el día, pero tienden a mejorar o empeorar en diferentes momentos, y pueden cambiar con el tiempo. Los síntomas generalmente empeoran antes de los años a mediados de la adolescencia.
Contrario a la creencia popular, sólo en un pequeño número de pacientes usan palabras vulgares u otras frases o palabras inapropiadas (coprolalia).
El síndrome de Tourette es diferente del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), en el cual las personas sienten como si tuvieran que adoptar los comportamientos.
Muchas personas con el síndrome de Tourette pueden dejar de hacer el tic por períodos de tiempo; sin embargo, descubren que éste es más intenso durante unos cuantos minutos después de que lo dejan comenzar de nuevo. A menudo, el tic disminuye o desaparece durante el sueño.
No existen pruebas de laboratorio para diagnosticar este síndrome; sin embargo, un médico debe realizar una evaluación para descartar otras causas de los síntomas.
Para que se diagnostique el síndrome de Tourette, una persona tiene que:
Muchos pacientes con el síndrome de Tourette que tienen síntomas muy leves no reciben tratamiento, dado que los efectos secundarios de los medicamentos pueden ser peores que los síntomas de esta afección.
Los fármacos que se utilizan para tratar los tics abarcan:
La estimulación cerebral profunda ha demostrado resultados prometedores para el tratamiento tanto de los síntomas principales del síndrome de Tourette como de los comportamientos obsesivo-compulsivos, pero no cuando estos síntomas ocurren en la misma persona.
Tourette Syndrome Association: www.tsa-usa.org
Los síntomas por lo general alcanzan su punto máximo durante los años de adolescencia y luego mejoran a comienzos de la edad adulta. Aunque 1 de cada 4 pacientes puede permanecer asintomático por unos cuantos años, sólo el 8% de los síntomas desaparecen sin presentar recaídas.
Los pacientes por lo regular tienen una expectativa de vida e inteligencia normales.
Las afecciones que pueden ocurrir en personas que tienen el síndrome de Tourette abarcan:
Es necesario diagnosticar y tratar estas afecciones.
Solicite una cita con el médico si tiene tics severos o persistentes o si éstos interfieren con la vida diaria.
No hay una forma de prevención conocida.
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